Sobre el origen de la vida no sabemos nada. Ni tan siquiera sabemos si la vida tiene o no un origen, puede que sí y puede también que no. Tampoco sabemos qué es la vida.
En esta tesitura y, puestos a elegir, me gusta la definición siguiente:
La vida comienza siempre que una red de interacciones muerde su propio rabo y se cierra sobre si misma
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