lunes, 19 de noviembre de 2007

El torero y la Filosofía: Juan Belmonte.





La búsqueda de la verdad, decía Tolstoi que es la vida. Amar la verdad, buscarla, ser veraz,…. Pero además, es necesario parecerlo.

Cuando alguien sugirió al torero Juan Belmonte que dejase de torear y de ir a la Plaza, el diestro le contestó:

- No tengo más remedio que ir.
- Pero, ¿es que crees que se hundiría el mundo si no fueses ?.
- No, no se hundiría el mundo, pero yo quedaría mal ante la gente.


En la intención de estar donde uno tiene que estar, en el reconocimiento público de la importancia que tiene para uno el hecho de quedar bien con la gente que expresa aquí Belmonte, hay también un fondo vital, como el significado del texto de Ortega; moral, como en Unamuno.

Porque, en el fondo, la acción a la que uno se aplique no importa: torear, investigar o escribir, es lo mismo. Por eso, Hemingway dijo que preferiría cortar una oreja en Las Ventas a su Premio Nobel de Literatura. Lo que importa es otra cosa. Tiene que ver con el sentimiento de armonía que nace cuando nuestro quehacer encuentra el reconocimiento ajeno. Tiene que ver con la sensación de una curiosa coincidencia entre lo que hacemos y lo que hemos de hacer. La búsqueda de esa coincidencia es la moralidad, el sustento principal de la especie humana. La fiesta nacional española, los toros, es causa de polémica constante entre detractores y aficionados. El primer argumento a su favor es que en ella está constantemente en lid el sentido más profundo de la existencia, el significado de la vida que no es otro que un significado moral.




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2 comentarios:

El Doctor dijo...

Tus post son fragmentos de esencia sobre la memoria viva.Tus conocimientos de biología aunado con la literatura me parece,simplemente magnífico.Pocos blogs merecen el calificativo de "enorme interés",como el tuyo.Como ya dije una vez,soy un gran aficionado a la ciencia,pero lamentablemente no se encuentran el la blogosfera textos de interés científicos.
Un abrazo.

Emilio Cervantes dijo...

Francisco,

Muchas gracias por tus comentarios a las últimas entradas y en particular por éste. Creo que lo que uno espera cuando escribe es encontrarse de cuando en cuando con este tipo de apoyo. Si además, procede de alguien que tiene el conocimiento de las cosas que tu tienes y escribe como tu lo haces, pues uno ya va tranquilo y sigue escribiendo sabiendo que siempre alguna semilla cae en terreno fértil.
En relación con los textos de interés científico estoy plenamente de acuerdo contigo. No tienes más que ver lo que hay en la lista de mis blogs amigos. En general, los científicos suelen vivir en nubes; cada uno en su nube como los personajes del principito.Lamentablemente también hay nubes acondicionadas para muchos promotores de la nebulosa inmobiliaria que muchos pretenden que sea la Ciencia.

Volveré por tus escritos